jueves, 17 de julio de 2008

Más de 150 vecinos se quejan del incumplimiento del alcalde, en las mejoras a realizar en la plaza Catalunya de Can Trias

La protesta dio comienzo el pasado sábado 12 de julio, cuando los vecinos artos de aguantar una situación que consideran injusta, colocaron pancartas de tela realizadas manualmente, en todo el contorno de la plaza Catalunya iniciando acciones de carácter informativo.
Las reivindicaciones del vecindario son muy concretas, quieren que se arregle la plaza que lleva semanas patas arriba, porque la brigada inicio la apertura de zanjas, demolición de una fuente de agua, etc. dejando las obras sin acabar. Esta actitud sin mediar información ha creado un fuerte malestar; la situación actual de la plaza comporta peligro, -zanjas abiertas, hierros en vertical, ausencia de señalización o vallas limitando el acceso- para la frecuente presencia de niños, que disfrutan actualmente del periodo vacacional.

Los vecinos reclaman la promesa del alcalde
A inicios del pasado mes de mayo iniciaron una recogida de firmas solicitando una intervención en la plaza, que mejorara su aspecto y la dotara de mobiliario lúdico y de uso cívico: tobogán, tirolina, balancín, mesa de ping pong, protección de de columpios, fuente de agua, etc. Más de 150 vecinos avalaron la propuesta, posteriormente el mismo alcalde adquirió el compromiso de realizar las mejoras.

La plaza Catalunya situada en Can Trias en la llamada zona de TIURSA, nunca ha gozado de un mantenimiento estable, su protagonismo más reciente ha sido en la fiesta mayor del barrio con la celebración de una “fideua” ofrecida por el bar-restaurante “Los Claveles”, con asistencia de numerosos vecinos; precisamente esa era la fecha límite que el alcalde había fijado para el inicio de las obras.
Los vecinos recelan. La presencia y retirada inmediata de la brigada sin acabar las obras, y el hecho de que cuando colgaban las pancartas la policía quisiera su identificación y motivos de la protesta, contrastan con la posición oficial de los responsables de mantenimiento que manifiestan la voluntad de reiniciar y acabar las obras
a la mayor brevedad. Más vale porque los vecinos están dispuestos a llegar más lejos en sus protestas.
Seguramente las obras continuarán, pero la credibilidad del alcalde ha quedado cuestionada seriamente para ese colectivo. Normal. Ya se sabe que de tanto ir a la fuente el cántaro al final se rompe.