El anuncio de que este año el 11 de septiembre en la renovación de la bandera de Catalunya, además de cantar els Segadors se descubrirá una placa en homenaje a Sebastián Homs, -alcalde de Viladecavalls fallecido trágicamente- impulsor de lo que ya se puede considerar una tradición, convierte esta cita de minorías en un acto relevante donde poder acompañar en un marco especialmente apreciado por el finado, su recuerdo.
No es el primer homenaje público que se le tributa, ni será el último, la particular estela del Sebastián, unida a las especiales circunstancias que han rodeado su salida del difícil y en ocasiones cruel escenario de la vida, han marcado a la mayoría de la población, que le recuerda por encima de cualquier otra consideración, como una persona muy comprometida con sus ideas y con su pueblo de adopción, Viladecavalls, en un empeño tenaz y cotidiano.
Ahora que comienza el proceso de la iconografía del personaje desde la dimensión histórica, vale la pena recordar el reconocimiento a la persona, desde la amistad, desde el afecto, desde el amor, que se realizó el pasado 1 de agosto en el bello mirador del Pedraforca, -a escasos días de su fallecimiento- último lugar que presumiblemente contemplara la mirada del Sebastián.
Mas de cuarenta personas de casi todos los entornos de Viladecavalls, -del actual gobierno municipal solo estaban Valero y Faure- se dieron cita sin convocatoria formal mostrando su respeto, su dolor, su cariño, en un prolongado silencio que sobrecogía el alma, roto en ocasiones por la pena; las palabras de la compañera del Sebastián en los dos últimos años, seguidas de una intervención espontánea, sentida, profunda y vibrante del presidente de la Asociación de vecinos de Can Trias, fueron la señal para que multitud de rosas surcaran el espacio mecidas por el viento, en un deseo de traspasar los confines del tiempo y acercarse a la morada donde descansa Sebastián.
Hay momentos que se retienen en el recuerdo, ese acompañara siempre a los presentes.
