domingo, 25 de mayo de 2008

Chikilicuatre queda decimosexto en la 53 edición del Festival de Eurovisión, ¿y qué?

Unos 100 millones de europeos han seguido hace solo unas horas, el Festival de Eurovisión. La apuesta de Televisión Española por el "friki" Rodolfo Chikilicuatre logró división de opiniones con un total de 54 votos: 5 puntos sueltos (Gran Bretaña, Albania, Armenia, Finlandia y Dinamarca); 3 puntos de Turquía; 4 de Suiza, Bélgica y Chipre; 5 puntos de Francia; 8 de Grecia; 10 puntos de Portugal y 12 de Andorra.

Rodolfo Chikilicuatre ha defendido sin complejos "Baila el Chiki Chiki" en el estadio Arena de Belgrado. Ataviado con su habitual tupé, su vestuario rockabilly y con sus bailarinas Disco y Gráfica; Chikilicuatre elegido por vía popular y que ha causado indignación en los 'eurofans' tradicionales, salió al escenario en la posición número 22, tuvo que escuchar algún que otro abucheo y recogió aplausos moderados. Chikilicuatre introdujo el tema dejando un protagonismo especial a su guitarra Luciana, a la que ha regalado un solo con los acordes de la canción popular Old McDonald had a farm.

El resultado permite ahora, arremeter con más fuerza, a los que desde el principio criticaron la posibilidad que Chikilicuatre estuviera en Belgrado. Los “críticos” señalaban que era una canción hortera y de mal gusto y que era un error haber dejado la decisión de elegir en manos del público. Menudos demócratas.

Por el contrario para la inmensa mayoría, Rodolfo Chikilicuatre y el Chiki Chiki, es algo divertido y gamberro, una prueba del sentido del humor de los españoles, y justo lo que una cita como Eurovisión, -un entramado de intereses y chanchullos- se merece.


Chikilicuatre ha estado a la altura de Eurovisión

En primer lugar porque es un producto de la democracia. El Chiki Chiki fue la canción elegida del modo más popular que existe, por Internet, con nada menos que 109.995 votos, más de 40.000 votos de diferencia con el segundo clasificado, La casa azul. Por primera vez no intervino jurado alguno en la decisión final.
En segundo, porque todos sabemos que jamás gana la mejor canción ya que los votos responden más a intereses políticos y/o a fenómenos migratorios que al oído para descubrir nuevos talentos que Europa pueda tener.

El Chiki- Chiki se forra

Desde el alumbramiento de Rodolfo Chiquilicuatre, el 21 de enero, han pasado cuatro meses en los que el Chiki-Chiki ha generado un verdadero negocio que se reparten de forma conjunta TVE, dueña de la canción desde el momento de la elección; La Sexta, que explota la imagen del personaje; El Terrat, la productora de Buenafuente; David Fernández, el humorista que se esconde tras las gafas y el tupé y, por último, los guionistas de El Terrat, beneficiarios del cheque de la SGAE por derechos de autor.

Esta bonanza económica comenzó con los politonos y juegos para telefonía móvil, que, desde finales de febrero hasta el 23 de abril –fecha del último recuento, ya sumaban más de 560.000 descargas. Gestionadas por dos empresas dedicadas a este negocio, Jet multimedia y Buongiorno, el precio de cada mensaje es de 1,20 euros más IVA. Pero se necesitan tres para completar la melodía o el juego, lo que supone 3,60 euros más IVA cada uno. De ese total, los ingresos se los reparten porcentualmente La Sexta y las empresas de gestión, aunque los inventores de Chiquilicuatre reciben alrededor de 2 euros por descarga.

Pero el negocio no se queda aquí. A través de Publiseis, la firma publicitaria de La Sexta, se han puesto a la venta peluches, álbumes de cromos, muñecos para colgar del móvil, cómics, y, por fin, la gota que colmó el vaso: un pack que se vende hasta en la Teletienda. Por el módico precio de 39,95 euros ya puede conseguir DVD, camiseta, póster que reza “Chiki-Chiki 12 points”, pegatinas y una careta. Pero nada de guitarra y tupé (a lo mejor porque estaban previstos para otro pack que nunca salió).

Estos productos de mercadotecnia comparten protagonismo con el disco Salvemos Eurovisión, lanzado por TVE a raíz del programa emitido para elegir al representante. Y no lo ha hecho nada mal, porque alcanzó el puesto 37 de la lista de los más vendidos tras cuatro semanas en el mercado. Sus beneficios se los reparten entre la cadena pública y la discográfica Vale Music (que también edita los discos de Operación Triunfo.