lunes, 3 de noviembre de 2008

¡Hallowey, vigilia del día de todos los Santos.., que lo llamen como quieran; si se quiere siempre hay un buen momento para compartir!

Salir a la calle era toda una aventura, no por los disfraces de Hallowey, ni lo más tradicional las representaciones de don Juan Tenorio, -casi inexistentes en todas partes- en el erial de la cultura urbana. Tampoco por el respeto que imponían las capas, y los espadachines de ocasión bajo el reflejo de las luces tenues de las ensortijadas esquinas…
Caía el agua a chorros en Viladecavalls, desde primeras horas de la tarde del viernes 31 de octubre. En Viladecavalls y buena parte de Catalunya. En el barrio de La Planassa estaba prevista una cena y una fiesta y muchos se preguntaban que pasaría?.
El tiempo no se despejó pero si las dudas, cuando poco a poco se fue llenando de personas el local de la Asociación de Vecinos, ellos por su parte habían habilitado una especie de campamento a cubierto para preparar una excelente y apetitosa carne a la cazadora, en la inmensa paellera que disponen.
No se amilanaron y en pleno temporal, el grupo de cocineros de “plantilla” en la entidad y los “pinches” voluntarios ,demostraron una vez más que la mayoría de las cosas pueden realizarse con voluntad y sacrificio, para ofrecer a sus convecinos unas horas lúdicas de fraternidad, alegría y buen humor, mientras fuera la lluvia apretaba…,pero afuera.
Buen aperitivo, excelente carne, panellets, boniatos,castañas, vino, cava, cafés y copa, por una aportación módica, que prueba que lo importante en la entidad, es compartir. Son un buen ejemplo de buenas prácticas, desde hace años, y eso en estos tiempos es aún más meritorio.
La lluvia no dejó de tintinear sobre los frágiles chambaos de uralita, en los lugares donde la ciudad pierde su nombre; los fantasmas, Don Juan y Doña Inés debían sentirse molestos en sus aposentos forzados, pero en La Planassa con el caraoke, los asistentes se encontraban inmunes a la fuerza desatada de los elementos…