La manifestación de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) del pasado 1 de octubre en Sevilla contra la negociación entre Gobierno y ETA, contaba en sus primeras filas con una representación de víctimas de la organización armada. Varias de ellas, como Irene Villa, se desplazaban en silla de ruedas por las secuelas con las que viven desde entonces. Sin embargo, ahora se ha sabido, que al menos uno de los presentes ni era víctima de ETA ni tan siquiera era minusválido. Gracias a la cadena de televisión Cuatro, la más objetiva en sus informativos, por encima incluso de la 1 que es la "oficial".La información es que el hombre en cuestión se llama Joaquín Merino, marido de una edil del PP, quien lo reconoció a algunos de los presentes en la marcha. La confirmación de que Merino únicamente simulaba su invalidez es una muestra del calado moral de algunas personas que ocultas en el anonimato, solo tratan de quebrar la convivencia. Como recoge la Cadena Ser, de los ciudadanos consultados "alguien que se haga pasar por víctima del terrorismo sin serlo, es una actitud absolutamente reprochable y reprobable", también es una muestra más de la clara connivencia entre la AVT y el PP.
La iglesia católica no debería vincularse con aquellos, que tras el dolor ajeno, solo pretenden ganar posiciones de poder y privilegio; de lo que se trata es de cómo hacemos entre todos, para que a Euzkadi, vuelva la paz. Eso si vale la pena.
