La ejecución del IV Cinturón avanza a ritmo constante. Hace ya tiempo que se trabaja en territorio de Viladecavalls. Taludes inmensos en Can Pepet dan fe del trabajo de excavadoras y aplanadoras. Y desde hace un par de semanas se opera ya en el tramo de Can Trias.
El barrio de Can Trias condensa el 48 por ciento de la población de Viladecavalls, unas 7300 personas, y limita con Terrassa, (Roc Blanc)la C-58 i B-120; con las vías de RENFE, (Barcelona–Manresa) y ahora con el IV Cinturón. Se encuentra en un cajón orográfico muy poco permeable, nada estético y ecológicamente bajo mínimos.
El progreso en ocasiones suma un perfil agresivo e inquietante, los habitantes de ese entorno pagan un alto precio por acoger infraestructuras que surcan el territorio municipal. Nadie podrá negar su contribución a la modernidad. Pero pocos saben que a diferencia de otras situaciones análogas presentes en los territorios de Catalunya, (por ejemplo San Adrián del Besós y Santa Coloma de Gramanet) Can Trias/Viladecavalls no ha tenido contraprestaciones derivadas de esas aportaciones, y tampoco va a tenerlas con el IV Cinturón.
Si el IV Cinturón no contempla compensaciones, o contraprestaciones que actúen urbanisticamente aminorando o equilibrando en lo posible, el impacto de tamaña infraestructura, no es porque si. Es porque no están en el proyecto, es porque no se han negociado, es porque quizás nunca se plantearon. Y en todos los supuestos citados, y cualquier otro, la responsabilidad recae en CIU.
El gobierno municipal de CIU ha cubierto las etapas de gestación, desarrollo y ejecución del IV Cinturón, manteniendo una actitud hipócrita, que ha variado a lo largo del tiempo, desde la despreocupación al ocultamiento de información, pasando por el bloqueo a propuestas de mayor implicación municipal, o en la fase final previa a las obras, con el alcalde Sebastián Homs, a la retención de información, a la mentira y a la ocultación de gestiones nunca explicadas con suficiente claridad.
No se ha querido, o sabido negociar, o se ha negociado en clave de intereses particulares de partido, que no han contemplado el interés general. El resultado ha sido nulo, salvo el aprovechamiento electoral que CIU rentabilizó, sobre supuestos beneficios, que al no materializarse influyeron en el desánimo de la población de Can Trias, reflejada en su baja participación en las elecciones municipales (20 % menos que en el resto de la población de Viladecavalls). Ese desinterés además permitió que CIU esté actualmente gobernando.
Una estrategia convergente lamentable y deleznable, basada en la táctica de “tierra quemada”, es decir, si la población no nos vota, hagamos que no vote a nadie. Así dinamitaron la respuesta popular.
Ahora empieza un nuevo capitulo para Can Trias y su viejo fantasma, el IV Cinturón. Una situación prevista por los GG.MM. del PSC, ERC, ICV y en su día aceptada por CIU, que ahora reniega, como casi en todo, de su pasado y actuaciones a nivel local. Es muy curioso, porque son prácticamente las mismas personas desde hace más de 12 años.
Las maquinas están operando en el campo de fútbol viejo de Can Trias, en el trazado previsto, y los bloques de pisos que colindan frontalmente empiezan a sentir las vibraciones, concretamente los bajos. Hay vecinos preocupados por sus casas, que sin duda se irán sumando en la medida que las máquinas avanzan en su labor.
Esa situación estaba prevista, una moción municipal aprobada por unanimidad contemplaba adoptar medidas preventivas, y no se ha hecho. No se ha querido hacer.
Se podría haber hecho, aun se podría hacer una diagnosis del estado de las casas colindantes, que permitiera establecer caso que se dieran, las responsabilidades necesarias, las reparaciones pertinentes. No se ha querido. No se quiere.
Pese a las situaciones recientes ocurridas en proyectos con cierta semejanza, que aconsejan extremar medidas de precaución (sin ir más lejos Terrassa es un ejemplo, con relación al proyecto de metro urbano) el gobierno de CIU ni se ha molestado aún, en informar a la población en general, ni a los afectados en concreto del alcance de las obras. No lo hará, ahora les importa poco lo que pase y siempre pueden recurrir a que Madrid tiene la culpa.
¿Irresponsables o Incompetentes?. Quizás lo uno y lo otro. La construcción del IV Cinturón no implica que se haya de hacer mal, al contrario hay que velar porque el proyecto se ejecute con el mayor decoro y pulcritud posible. Sin molestias añadidas. Si hay problemas en las viviendas, si la protesta avanza, estaremos con los afectados, que lo sepa CIU.
El gobierno convergente lo está haciendo francamente mal, y el no dedicar la atención debida al seguimiento de ejecución del proyecto, al no tener siquiera, el PSC se lo ha pedido, el plan de obras, demuestran la poca estimación que tienen por la población afectada y por el territorio.
El barrio de Can Trias condensa el 48 por ciento de la población de Viladecavalls, unas 7300 personas, y limita con Terrassa, (Roc Blanc)
El progreso en ocasiones suma un perfil agresivo e inquietante, los habitantes de ese entorno pagan un alto precio por acoger infraestructuras que surcan el territorio municipal. Nadie podrá negar su contribución a la modernidad. Pero pocos saben que a diferencia de otras situaciones análogas presentes en los territorios de Catalunya, (por ejemplo San Adrián del Besós y Santa Coloma de Gramanet) Can Trias/Viladecavalls no ha tenido contraprestaciones derivadas de esas aportaciones, y tampoco va a tenerlas con el IV Cinturón.
Si el IV Cinturón no contempla compensaciones, o contraprestaciones que actúen urbanisticamente aminorando o equilibrando en lo posible, el impacto de tamaña infraestructura, no es porque si. Es porque no están en el proyecto, es porque no se han negociado, es porque quizás nunca se plantearon. Y en todos los supuestos citados, y cualquier otro, la responsabilidad recae en CIU.
El gobierno municipal de CIU ha cubierto las etapas de gestación, desarrollo y ejecución del IV Cinturón, manteniendo una actitud hipócrita, que ha variado a lo largo del tiempo, desde la despreocupación al ocultamiento de información, pasando por el bloqueo a propuestas de mayor implicación municipal, o en la fase final previa a las obras, con el alcalde Sebastián Homs, a la retención de información, a la mentira y a la ocultación de gestiones nunca explicadas con suficiente claridad.
No se ha querido, o sabido negociar, o se ha negociado en clave de intereses particulares de partido, que no han contemplado el interés general. El resultado ha sido nulo, salvo el aprovechamiento electoral que CIU rentabilizó, sobre supuestos beneficios, que al no materializarse influyeron en el desánimo de la población de Can Trias, reflejada en su baja participación en las elecciones municipales (20 % menos que en el resto de la población de Viladecavalls). Ese desinterés además permitió que CIU esté actualmente gobernando.
Una estrategia convergente lamentable y deleznable, basada en la táctica de “tierra quemada”, es decir, si la población no nos vota, hagamos que no vote a nadie. Así dinamitaron la respuesta popular.
Ahora empieza un nuevo capitulo para Can Trias y su viejo fantasma, el IV Cinturón. Una situación prevista por los GG.MM. del PSC, ERC, ICV y en su día aceptada por CIU, que ahora reniega, como casi en todo, de su pasado y actuaciones a nivel local. Es muy curioso, porque son prácticamente las mismas personas desde hace más de 12 años.
Las maquinas están operando en el campo de fútbol viejo de Can Trias, en el trazado previsto, y los bloques de pisos que colindan frontalmente empiezan a sentir las vibraciones, concretamente los bajos. Hay vecinos preocupados por sus casas, que sin duda se irán sumando en la medida que las máquinas avanzan en su labor.
Esa situación estaba prevista, una moción municipal aprobada por unanimidad contemplaba adoptar medidas preventivas, y no se ha hecho. No se ha querido hacer.
Se podría haber hecho, aun se podría hacer una diagnosis del estado de las casas colindantes, que permitiera establecer caso que se dieran, las responsabilidades necesarias, las reparaciones pertinentes. No se ha querido. No se quiere.
Pese a las situaciones recientes ocurridas en proyectos con cierta semejanza, que aconsejan extremar medidas de precaución (sin ir más lejos Terrassa es un ejemplo, con relación al proyecto de metro urbano) el gobierno de CIU ni se ha molestado aún, en informar a la población en general, ni a los afectados en concreto del alcance de las obras. No lo hará, ahora les importa poco lo que pase y siempre pueden recurrir a que Madrid tiene la culpa.
¿Irresponsables o Incompetentes?. Quizás lo uno y lo otro. La construcción del IV Cinturón no implica que se haya de hacer mal, al contrario hay que velar porque el proyecto se ejecute con el mayor decoro y pulcritud posible. Sin molestias añadidas. Si hay problemas en las viviendas, si la protesta avanza, estaremos con los afectados, que lo sepa CIU.
El gobierno convergente lo está haciendo francamente mal, y el no dedicar la atención debida al seguimiento de ejecución del proyecto, al no tener siquiera, el PSC se lo ha pedido, el plan de obras, demuestran la poca estimación que tienen por la población afectada y por el territorio.