El alcalde de Terrassa, Pere Navarro, presidió ayer el acto de inauguración de la escultura "Dinosaurio", del artista local Roc Alabern. Asistieron entre otras personas, la viuda del artista Montserrat Soler.
La obra que inicialmente fue realizada para la Fiesta Mayor de Terrassa del año 1986, donde fue expuesta, es claramente visible por sus grandes dimensiones, 16 metros de largo, 5 de ancho y 8 de altura y se ha situado en el nudo viario de la carretera n-150 delante del barrio de Vilardell.
Este acto seria solo una anécdota, sino desvelara con claridad la diferencia del talante cultural de ambos Ayuntamientos. Mientras que Terrassa se va nutriendo de un fondo cultural y artístico cada vez más importante, en el que las esculturas colocadas en espacios públicos forman ya un amplio catálogo, en Viladecavalls aún teniendo en cuenta su dimensión diferencial, se trabaja por lo contrario.
Las preocupaciones culturales de CIU de Viladecavalls nunca fueron más lejos, que las de promocionar algunas actividades que siempre tuvieran que ver con la rentabilidad electoral. Ha faltado y falta una política cultural abierta a la ciudadanía, pero CIU es una formación política agotada en si misma, sin trascendencia ni creatividad, en la que su radio de influencia se ciñe al colchón electoral de sus 850 a 1300 electores. Suficientes para que con el PVA gobiernen por el momento, pero no para afrontar retos que impliquen a los más de 7.000 habitantes de Viladecavalls.
Una muestra del desinterés cultural del gobierno de Sebastián Homs, es la perdida de la escultura "Dinosaurio" del reconocido artista Roc Alabern, la cual podíamos disfrutar su presencia, hasta hace muy poco tiempo, en la entrada jardín de la empresa Autotex, situada en el polígono industrial de Can Trias. Ha estado durante los últimos 20 años. Al cerrar la empresa el ejecutivo de Sebastián Homs podía haber trabajado para los intereses locales, manteniendo esta obra de reconocido prestigio en nuestro municipio, yermo de elementos singulares. Lugares no faltan.
La realidad es que no ha sido asi, y la responsabilidad recae en la indiferencia y desinterés del alcalde. La presencia en la recolocación de la obra, de Josep Rull, el parlamentario convergente que siempre saca "tajada" de su relación con Viladecavalls, a través de Sebastián Homs, viene a confirmar que quizás se ha dejado perder expresamente una ocasión única para Viladecavalls, en beneficio de Terrassa, una gran ciudad, pero que no es la nuestra.
La alegría de la recuperación pública de la excelente escultura de Alabern, se vuelve tristeza, delante de la poca capacidad operativa, la falta de viveza, el desinterés y también cierta ineptitud, de la que hace gala el ejecutivo municipal que lidera Sebastián Homs.
Terrassa una vez más ha jugado con habilidad sus intereses, y ha obtenido limpiamente el premio a su dedicación y constancia. No se puede decir lo mismo de quienes actualmente gobiernan Viladecavalls, pero que cabe esperar de quienes en vez de resolver problemas, suelen crearlos.
Trabajar para engrandecer el horizonte cultural de Viladecavalls es algo más complicado que subirse el sueldo lo que les ha dado la gana. Trabajar para elevar el nivel cultural de la ciudadanía es algo mas que ofrecer "fideuadas", butifarras, o pica picas, con los que llenar la tripa y adormecer conciencias de una parte de la ciudadanía, como sabemos tod@s, poco exigente.