Están empleando el dinero del contribuyente del parque de Sant Miquel en tonterías y aquí nos tienen aislados de la sociedad de Viladecavalls.”
Un pueblo en el que no se pueda decir lo que se piensa, por miedo a represalias, es un pueblo sin democracia, sin libertad…
Que no se reflejen las quejas vecinales en los medios convencionales de prensa escrita, -en el caso de Viladecavalls se depende de diarios de vocación comarcal- no significan que no existan ni que dejen de tener su importancia.
No es infrecuente el hecho de recibir, quejas, reclamaciones o sugerencias, por mail, además de otros medios, que reflejan el descontento de sectores cada vez más amplios de población con la actuación del gobierno municipal y su alcalde, en bastantes casos decepcionados por la cruda realidad que dista mucho de las promesas que hicieron y adquirieron en el periodo electoral en las municipales de 2007.
Tampoco es novedad que muchos de los mensajes sean anónimos, o no lo sean, pero que solicitan se mantenga su identidad en el anonimato, por miedo a represalias. Lamentablemente no es necesario vivir en Euzkadi para que el temor a definirse y decir lo que se piensa abiertamente, exista. La red clientelar de amiguismos, adictos, e interesados en mantener el actual estado de “orden” en Viladecavalls, acogota la libertad individual al temer que mediante la maquinaria administrativa municipal se vean perjudicados.