Era lo esperado. El pasado sábado 19 arrancaba el primer mercadillo de Viladecavalls con una presencia de paradas importante, pero debajo de las nominales registradas, seguramente porque algunos comerciantes esperan una situación de mercado más consolidada.
La jornada se iniciaba con poca asistencia de público que fue mejorando a lo largo de la jornada hasta alcanzar su máximo exponente sobre las 12.30 de la mañana, en la que el mercadillo ofrecía una notable aglomeración de publico, esencialmente curiosos dispuestos a dejarse seducir por la amplia oferta en textiles y embutidos, junto a otros elementos de complemento.
La propuesta del mercadillo, dejando aparte la oportunidad o conveniencia de la misma, se ha visto envuelto en una amplia polémica aún no completamente resuelta, como consecuencia de la gestión municipal y su alcalde Sebastián Homs. El especial estilo autoritario y déspota del que hace alarde, que sin embargo es asumido sin protestas por su equipo de gobierno, minusvalora cualquier tipo de iniciativa, como ha sido en este caso.
El conflicto se ha desarrollado esencialmente porque en la primera fase de la propuesta, el alcalde y sus acólitos a sueldo menospreciaron la opinión de los comerciantes, sector especialmente afectado por una operación de este tipo, Ni los consultaron, ni los informaron, tampoco lo comentaron a los portavoces municipales de la oposición. Cuando el comercio local tuvo conocimiento se indignaron. Normal, ¿o esperaban que como algunas entidades vecinales, les aplaudieran?.
La percepción de falta de claridad con el comercio local, el rumor de una nueva contratación ”de confianza” y el hecho de que la presentación de la ordenanza de mercado no se acompaño en la propuesta al Pleno municipal de marzo, de la ordenanza fiscal correspondiente, (se ha recurrido a la aplicación de algunos supuestos contemplados en la ordenanza de ocupación de vía pública) sin duda es lo que influyo en la decisión de los Grupos municipales en la oposición salvo el PSC, que con la misma valoración, se pronunció a favor por razones de coherencia con el programa socialista, y sus propuestas sobre el comercio local.
La reacción de los comerciantes especialmente la presencia de algunos de Can Trias fue inmediata, en el Pleno municipal dejaron claras sus posturas poniendo en apuros al alcalde, esto le obligó a una carrera contra reloj para neutralizar el conflicto. Ofrecimientos diversos con relación a las tasas y otros que no se han hecho públicos, acabaron prácticamente con el rechazo de los comerciantes de Viladecavalls Centro, con los de Can Trias el alcalde fue más zafio, provocador y mezquino, y aunque no les ha quedado más remedio que aceptar vía imposición, distan mucho de estar de acuerdo. Una lástima que el alcalde sea incapaz de negociar y pierda los papeles...
Que el mercadillo se afianzará si se mantiene es cuestión de tiempo, tiene a su favor la variedad de productos que se ofrecen, que en el entorno el día elegido no hay competencia, la tradición de compra en mercadillo que tiene una buena parte de la población de Terrassa.., por otra parte significa ingresos municipales, que es lo que parece que ha primado en la propuesta, no una decisión madurada de culminación de acciones dirigidas al impulso del comercio, que es como los socialistas lo entienden.
Hay algunos aspectos que se han evidenciado que hay que mejorar como los accesos de las personas desde Can Trias residencial, el peligro que corren los viandantes ante la ausencia de acera es palpable, por otro lado la imprudencia de algunas personas al cruzar la carretera durante la mañana puso de relieve la falta de presencia policial, muy completa en el mercadillo, pero inexistente en los accesos.
Otra cuestión ha mejorar son los espacios de aparcamiento que hay que ampliar para evitar que los conductores encuentren mejor la opción de aparcar en Can Trias residencial o en el Pla de San Miguel de Guanteres.
Finalmente la existencia del mercadillo supone un incremento potencial importante de delincuencia, acciones contra la propiedad, rotura de la convivencia.., eso significa que la policía ha de incrementar su presencia en el barrio de Can Trias, y no solamente los días del mercadillo.
La viabilidad económica también está por demostrar, se ha dicho que no hay apenas coste municipal, pero hay bastante: el de las personas que se ocupan de la gestión, la policía, los servicios auxiliares, la limpieza, el alquiler de varios WC, (que no había) en definitiva sueldos..., es de esperar que se haga una cuenta de explotación concreta y que en tiempo moderado de unos seis meses, se presenten los resultados al Consistorio.
La jornada se iniciaba con poca asistencia de público que fue mejorando a lo largo de la jornada hasta alcanzar su máximo exponente sobre las 12.30 de la mañana, en la que el mercadillo ofrecía una notable aglomeración de publico, esencialmente curiosos dispuestos a dejarse seducir por la amplia oferta en textiles y embutidos, junto a otros elementos de complemento.
La propuesta del mercadillo, dejando aparte la oportunidad o conveniencia de la misma, se ha visto envuelto en una amplia polémica aún no completamente resuelta, como consecuencia de la gestión municipal y su alcalde Sebastián Homs. El especial estilo autoritario y déspota del que hace alarde, que sin embargo es asumido sin protestas por su equipo de gobierno, minusvalora cualquier tipo de iniciativa, como ha sido en este caso.
El conflicto se ha desarrollado esencialmente porque en la primera fase de la propuesta, el alcalde y sus acólitos a sueldo menospreciaron la opinión de los comerciantes, sector especialmente afectado por una operación de este tipo, Ni los consultaron, ni los informaron, tampoco lo comentaron a los portavoces municipales de la oposición. Cuando el comercio local tuvo conocimiento se indignaron. Normal, ¿o esperaban que como algunas entidades vecinales, les aplaudieran?.
La percepción de falta de claridad con el comercio local, el rumor de una nueva contratación ”de confianza” y el hecho de que la presentación de la ordenanza de mercado no se acompaño en la propuesta al Pleno municipal de marzo, de la ordenanza fiscal correspondiente, (se ha recurrido a la aplicación de algunos supuestos contemplados en la ordenanza de ocupación de vía pública) sin duda es lo que influyo en la decisión de los Grupos municipales en la oposición salvo el PSC, que con la misma valoración, se pronunció a favor por razones de coherencia con el programa socialista, y sus propuestas sobre el comercio local.
La reacción de los comerciantes especialmente la presencia de algunos de Can Trias fue inmediata, en el Pleno municipal dejaron claras sus posturas poniendo en apuros al alcalde, esto le obligó a una carrera contra reloj para neutralizar el conflicto. Ofrecimientos diversos con relación a las tasas y otros que no se han hecho públicos, acabaron prácticamente con el rechazo de los comerciantes de Viladecavalls Centro, con los de Can Trias el alcalde fue más zafio, provocador y mezquino, y aunque no les ha quedado más remedio que aceptar vía imposición, distan mucho de estar de acuerdo. Una lástima que el alcalde sea incapaz de negociar y pierda los papeles...
Que el mercadillo se afianzará si se mantiene es cuestión de tiempo, tiene a su favor la variedad de productos que se ofrecen, que en el entorno el día elegido no hay competencia, la tradición de compra en mercadillo que tiene una buena parte de la población de Terrassa.., por otra parte significa ingresos municipales, que es lo que parece que ha primado en la propuesta, no una decisión madurada de culminación de acciones dirigidas al impulso del comercio, que es como los socialistas lo entienden.
Hay algunos aspectos que se han evidenciado que hay que mejorar como los accesos de las personas desde Can Trias residencial, el peligro que corren los viandantes ante la ausencia de acera es palpable, por otro lado la imprudencia de algunas personas al cruzar la carretera durante la mañana puso de relieve la falta de presencia policial, muy completa en el mercadillo, pero inexistente en los accesos.
Otra cuestión ha mejorar son los espacios de aparcamiento que hay que ampliar para evitar que los conductores encuentren mejor la opción de aparcar en Can Trias residencial o en el Pla de San Miguel de Guanteres.
Finalmente la existencia del mercadillo supone un incremento potencial importante de delincuencia, acciones contra la propiedad, rotura de la convivencia.., eso significa que la policía ha de incrementar su presencia en el barrio de Can Trias, y no solamente los días del mercadillo.
La viabilidad económica también está por demostrar, se ha dicho que no hay apenas coste municipal, pero hay bastante: el de las personas que se ocupan de la gestión, la policía, los servicios auxiliares, la limpieza, el alquiler de varios WC, (que no había) en definitiva sueldos..., es de esperar que se haga una cuenta de explotación concreta y que en tiempo moderado de unos seis meses, se presenten los resultados al Consistorio.