miércoles, 23 de diciembre de 2009

Las corridas de toros No. Si los «correbous» -toros embolados o ensogados- que listos y “humanitarios” son los de la plataforma Prou!


Como se recordará, el Parlamento catalán dio luz verde a la tramitación de la ILP por una ajustada diferencia: 67 votos en contra de las corridas de toros en Barcelona, 59 a favor y cinco abstenciones. La mayoría de los diputados del PSC votaron a favor de la Fiesta, aunque en secreto, en un intento de poner sordina a la división. ERC e ICV apoyan la ILP.

La decisión del PSC de renunciar al voto secreto y apoyar en bloque la continuidad de las corridas de toros en Cataluña pone de manifiesto una vez mas, el camaleonismo político de este partido, que no duda inicialmente en dar libertad de voto, -asi contenta a las enconadas posiciones de sus militantes divididos en esta cuestión- y después visto el resultado cierra filas y anuncia que será la dirección quien tomará la decisión final. Esto sin embargo no da satisfacción a cantidad de gente del partido, aunque solo algunos se han atrevido a decirlo como el concejal y primer secretario del PSC de San Cugat; igual no se había enterado de la consigna del silencio, y seria bueno seguir el caso para ver si es represaliado. Las Juventudes del PSC que también están como colectivo por la prohición si han tomado nota y se han quedado mudas.

El PSC no quiere quedar como responsable de una prohibición que cada día está siendo contestada, por catalanes nacidos en Catalunya, y catalanes que lo somos por derecho y porque llevamos toda la vida aportando nuestro esfuerzo en esta tierra; la oposición a que se prohíba esta tomando dimensión internacional, como muestra el grupo de 133 políticos franceses, la mayoría del sur del país, que enviaron una carta a los 135 diputados de la Cámara catalana en la que "sin ánimo de meternos donde no nos llaman", dicen, les instan a "preservar los valores de libertad individual, de contraste de opiniones y de respeto a los gustos, aficiones y tradiciones culturales de cada uno". "A nosotros nos gustaría que rechazaran esta prohibición", concluyen.
Los políticos, entre los que figuran el presidente del Consejo General de los Pirineos Orientales, los 42 alcaldes de las ciudades taurinas del sur de Francia, 22 senadores y 68 diputados, recuerdan en su texto que en su país las corridas con muerte del toro, como en España están permitidas "en las zonas de tradición taurina ininterrumpida". "Es el caso del sur de Francia, donde en muchas localidades los toros representan uno de los espectáculos más multitudinarios del calendario festivo y una de las manifestaciones de catalanidad más importantes", precisan.
La carta destaca que "el Estado no debe erigirse en tutor de los ciudadanos imponiendo tradiciones o prohibiciones". "La norma debe ser el respeto a la diferencia y a la voluntad individual", dicen. Y añaden: "Si los toros dejan de gustar a una sociedad, se dejarán de organizar corridas y desaparecerán de forma natural". Este argumento, entre otros, es el que defienden la Federación de Entidades Taurinas y la Plataforma en Defensa de la Fiesta.

En el fondo de lo que se trata es que al margen de los prohibicionistas por convicción, la historia va de la mano del pulso que el sector de población independentista en Catalunya, mantiene contra el resto del Estado, que ellos llaman España. Para estas personas la prohición es una baza más para imponerse, para ganar. Lo plantean como una estrategia de batalla; por eso CiU –que no es la formación política más beligerante en este tema- dio libertad de voto a sus diputados porque la ILP de la plataforma «Prou!» exime de la prohibición a los «correbous» -toros embolados o ensogados-. Fuentes nacionalistas reconocen que, de haberse incluido estos espectáculos, abundantes en muchos lugares de Catalunya, habrían votado en favor del «no» o la abstención.