Me hice la intención formal, de no convertir mi blog en un medio más de combate de partido, aunque sea el que represento, ("no deseo convertir el blog en una repetición de boletines militantes"). No me parece mal que quien quiera lo haga.
Hasta ahora he cumplido, me he limitado a comentar algunos aspectos político sociales de orden general, y justamente he preferido no publicar, antes que embarcarme en las polémicas continuas de la acción política en Viladecavalls, centrada especial y singularmente en las actuaciones de CIU y sus alcaldes en el gobierno municipal. Incluso en la Web ordinaria del PSC de Viladecavalls se ha mantenido una cierta laxitud en las informaciones con relación al pueblo, primando un carácter institucional, no digamos de la Web electoral especial del candidato del PSC local, yo mismo, que durante su vigencia pese a tener como cometido especial “incidir” en la política local, ha priorizado un tono razonable y un carácter informativo constructivo.
Lo dicho hasta ahora sitúa el meollo de este escrito, que he creído conveniente explicar al posible lector de estas líneas. Sigo pensando lo mismo, pero la situación ha cambiado. Los resultados de las recientes elecciones municipales, con la continuidad de Sebastián Homs al frente de la alcaldía, y sus acciones desde ese momento, plantean un panorama desolador para la democracia en Viladecavalls.
Un alcalde que desde las elecciones hasta ahora no se ha puesto en comunicación con el resto de fuerzas políticas, salvo su socio el PVA, tiene un problema importante de comunicación y un complejo relacional bastante grande, no son de de extrañar sus actos de narcisismo autoritario, que rallan en un comportamiento neofascista.
Sebastián Homs no está dando muestras de querer acabar con la crispación, más bien al contrario, no está dando oportunidad de mantener una relación gobierno-oposición en la discrepancia pero con modos y comportamiento democrático, ha cerrado todas las vías y cortado todos los puentes. De hecho está empujando claramente a las barricadas a los partidos de la oposición, que coinciden con ser el conjunto de la izquierda de Viladecavalls.
En esta nueva situación las izquierdas, sin paños calientes, han de fajarse en la trinchera, ojala pudiera ser de otra forma. Mientras el alcalde considere los actos de la oposición, en su papel democrático del control del poder, como “agravios” a su persona, no se puede esperar variaciones.
Se trata pues de adaptarse, pegarse al terreno y hacer oposición democrática a quien parece creerse el Zar de las Rusias Imperiales, con tics de soberbia, pretenciosidad y megalomanía, como el de exigir el trato de Ilustrísima. En tal tesitura la voz y el pensamiento son esenciales, y cualquier ventana que revierta en la ciudadanía imprescindible; más cuando no se disponen de medios, y el contrario cuenta con todos y una administración que maneja, lo ha probado, al ritmo de sus intereses.
Desde ahora, intentando no caer en lo vulgar y chabacano, comentare en el blog todo aquello que considere necesario de la política municipal de Viladecavalls. Así entre otras cosas, el que quiera saber mi opinión la tendrá firmada.
Hasta ahora he cumplido, me he limitado a comentar algunos aspectos político sociales de orden general, y justamente he preferido no publicar, antes que embarcarme en las polémicas continuas de la acción política en Viladecavalls, centrada especial y singularmente en las actuaciones de CIU y sus alcaldes en el gobierno municipal. Incluso en la Web ordinaria del PSC de Viladecavalls se ha mantenido una cierta laxitud en las informaciones con relación al pueblo, primando un carácter institucional, no digamos de la Web electoral especial del candidato del PSC local, yo mismo, que durante su vigencia pese a tener como cometido especial “incidir” en la política local, ha priorizado un tono razonable y un carácter informativo constructivo.
Lo dicho hasta ahora sitúa el meollo de este escrito, que he creído conveniente explicar al posible lector de estas líneas. Sigo pensando lo mismo, pero la situación ha cambiado. Los resultados de las recientes elecciones municipales, con la continuidad de Sebastián Homs al frente de la alcaldía, y sus acciones desde ese momento, plantean un panorama desolador para la democracia en Viladecavalls.
Un alcalde que desde las elecciones hasta ahora no se ha puesto en comunicación con el resto de fuerzas políticas, salvo su socio el PVA, tiene un problema importante de comunicación y un complejo relacional bastante grande, no son de de extrañar sus actos de narcisismo autoritario, que rallan en un comportamiento neofascista.
Sebastián Homs no está dando muestras de querer acabar con la crispación, más bien al contrario, no está dando oportunidad de mantener una relación gobierno-oposición en la discrepancia pero con modos y comportamiento democrático, ha cerrado todas las vías y cortado todos los puentes. De hecho está empujando claramente a las barricadas a los partidos de la oposición, que coinciden con ser el conjunto de la izquierda de Viladecavalls.
En esta nueva situación las izquierdas, sin paños calientes, han de fajarse en la trinchera, ojala pudiera ser de otra forma. Mientras el alcalde considere los actos de la oposición, en su papel democrático del control del poder, como “agravios” a su persona, no se puede esperar variaciones.
Se trata pues de adaptarse, pegarse al terreno y hacer oposición democrática a quien parece creerse el Zar de las Rusias Imperiales, con tics de soberbia, pretenciosidad y megalomanía, como el de exigir el trato de Ilustrísima. En tal tesitura la voz y el pensamiento son esenciales, y cualquier ventana que revierta en la ciudadanía imprescindible; más cuando no se disponen de medios, y el contrario cuenta con todos y una administración que maneja, lo ha probado, al ritmo de sus intereses.
Desde ahora, intentando no caer en lo vulgar y chabacano, comentare en el blog todo aquello que considere necesario de la política municipal de Viladecavalls. Así entre otras cosas, el que quiera saber mi opinión la tendrá firmada.