
La información es que el hombre en cuestión se llama Joaquín Merino, marido de una edil del PP, quien lo reconoció a algunos de los presentes en la marcha. La confirmación de que Merino únicamente simulaba su invalidez es una muestra del calado moral de algunas personas que ocultas en el anonimato, solo tratan de quebrar la convivencia. Como recoge la Cadena Ser, de los ciudadanos consultados "alguien que se haga pasar por víctima del terrorismo sin serlo, es una actitud absolutamente reprochable y reprobable", también es una muestra más de la clara connivencia entre la AVT y el PP.
La iglesia católica no debería vincularse con aquellos, que tras el dolor ajeno, solo pretenden ganar posiciones de poder y privilegio; de lo que se trata es de cómo hacemos entre todos, para que a Euzkadi, vuelva la paz. Eso si vale la pena.