
"Esto es un triunfo, una victoria del Derecho Internacional, de los Derechos Humanos, la justicia internacional y la causa saharaui". Con estas palabras dichas con un inaudible hilo de voz, una agotada Aminetu Haidar puso el punto y final a su reivindicación desde la entrada del hospital de Lanzarote, donde pasó su último día. Ella apareció sentada en su silla de ruedas, muy debilitada, pero sonriente. Envuelta en una manta azul y blanca y con su inevitable melfa, Haidar dedicó tres minutos a despedirse. "Felicidades a la sociedad civil, a la plataforma, a todos los medios que nos han apoyado, muchas gracias por vuestra presencia permanente", ha dicho la activista.